Los primeros de los que tenemos información que fumaban tabaco son los mayas que, con carácter religioso, quemaban las hojas de esta planta y luego aspiraban su humo. En América Central se fumaba con pipa, liando el tabaco con hojas de maíz o masticándolo. En América del Norte se fumaba con pipa y tenía carácter religioso (la famosa pipa de la paz).

Luego se extendió a Portugal, Italia y Países Bajos (s. XVI). Los ingleses lo conocieron a través de los marineros portugueses o del Cantábrico y también directamente de los indios americanos, gracias a los viajes de Drake y de Hawkins. El nuevo producto se difundió rápidamente por Europa y Rusia, y en el siglo XVII llegó a China, Japón y la costa occidental de África.
En España y en sus colonias se prefería el tabaco enrollado en forma de cigarro, y después el cigarrillo, en el resto de Europa prevalió la pipa. El tabaco también era consumido en forma de polvo, surgiendo los "molinos de tabaco" que obtenían el polvo conocido como "rapé". En el siglo XVII se comenzó a aspirar rapé por la nariz como una gran moda, que fue un signo de distinción social. Mientras que por su parte el tabaco para masticar (que se preparaba en "cuerdas", mezclando regaliz y otros productos) fue siempre patrimonio de la gente de mar, por la obvia dificultad de fumar durante la maniobra de las velas.
España monopolizó el comercio del tabaco, y la América colonial anglófona (america del Norte) se convirtió en el primer productor mundial de tabaco, y en poco tiempo se convirtió en el producto agrícola básico y en el principal medio de cambio de la colonia. La manufactura de estos primitivos cigarros manuales no era muy diferente de la actual. Se fabricaban cigarros grandes, medianos de "hila colorada" que eran conocidos como "papantes". Además, se elaboraban otros cigarros pequeños, que alcanzaron gran celebridad.
Los primeros cigarros Habanos llegaron desde la Real Compañía de La Habana en 1747, incrementándose su consumo en las décadas siguientes. A partir del s. XIX Cuba despega la primera industria tabaquera. Surgen multitud de "chinchales" (pequeños talleres de torcido de cigarros), y a mitad del siglo empiezan a consolidarse las grandes marcas clásicas que han llegado con todo su prestigio hasta nuestros días.

A mitad del siglo XX se empieza a investigar la influencia del tabaco en la salud de una forma científica, y en 1956 la OMS declara que el tabaco es la primera causa previsible o evitable de muerte precoz.
Estudios recientes indican que la exposición al humo de los cigarrillos fumados por otra gente y otros productos del tabaco, producen al año la muerte de miles de personas que no fuman. Cada año, casi cinco millones de personas fallecen por causas relacionadas con el tabaco, una cifra que podría doblarse -de no mediar drásticas medidas- de aquí al año 2020.